miércoles, 23 de junio de 2010

Comida mexicana... comida sana



Un problema que afecta mucho a nuestra niñez hoy en día, es el problema de la mala alimentación, la desnutrición y la obesidad. Por los estilos de vida que han adoptado las familias mexicanas es mucho más fácil adquirir productos de conveniencia como; sopas para microondas, pastelitos, bebidas embotelladas, golosinas sintéticas, entre muchas otras que están a disposición de los pequeños en cualquier tienda. Existen también otros factores como puede ser la misma globalización, un estudio curioso afirmó en la década de los noventa que en Chile se había incrementado el índice de personas jóvenes obesas debido al cambio de hábito en su consumo alimenticio, de forma más precisa, afirmaba que el incluir en la dieta del chileno la “pizza” la “hamburguesa” el “hot dog” el “waffle”, etc. estaba ocasionando jóvenes obesos.

Casualmente este fenómeno no puede ser considerado solo de un país o de una región, es una característica inconfundible de la globalización; la culturización incluyendo la comida. A diferencia de lo que mucha gente pueda imaginar o creer, la comida tradicional mexicana puede ser sana; ejemplo de ello puede ser el riquísimo pescado a la veracruzana con un gran aporte de proteínas y casi nada de grasa, por citar un ejemplo. Pero hay una infinidad de productos mexicanos que son una excelente fuente de antioxidantes, de proteínas, minerales y muy económicos; pápalo, berros, cítricos, café, moras, espinacas, acelgas, plátano, etc. Todo proveniente de nuestro campo.
El amaranto es una semillita con la cual normalmente se elaboran dulces tradicionales (las alegrías), ¿sabía usted que esta semilla estaba incluida en la dieta de los aztecas? hasta la época de la conquista fue entonces que se retiró de su dieta dejando solo el maíz, pues los españoles vieron el gran aporte proteínico que proporciona esta semilla. Los alimentos elaborados con semilla de amaranto serán incluidos en los desayunos escolares que entrega diariamente el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral para la Familia (DIF) y podrían ser incorporados, también, a los nuevos paquetes de desayunos que se manejan en las escuelas públicas y privadas, debido a su alto grado energético y nutritivo. El amaranto a parte, es un producto con una gran versatilidad en su preparación, flexible a los cambios en los patrones alimenticios de la población y por el alto valor nutritivo que posee.
En México se producen seis mil toneladas anuales de semilla de amaranto; principalmente en los estados de Tlaxcala, Puebla, Estado de México, Querétaro, Morelos y Distrito Federal, a esta actividad se dedican más dos mil 500 familias. Esta semilla aparte de ser una excelente actividad económica y fuente proteínica tiene un gran potencial de desarrollo.
Con la semilla del amaranto aparte de elaborar alegrías, también se elaboran productos de panificación (repostería y galletas), pastas, palanquetas con cacahuate, ajonjolí, pasitas y frutas secas, aguas frescas, helados, palanquetas, atoles y chocolate, entre muchos otros alimentos. El amaranto es una de las pocas especies se las cuales se pueden consumir tanto las hojas como el grano, lo que da lugar a que se aproveche en una gran diversidad de formas.
El amaranto tiene importantes niveles de Sodio, Potasio, Calcio, Magnesio, Hierro, Zinc, Fósforo, Ácido Ascórbico, Tiamina, Betacarotenos y Riboflavina, entre otros componentes, cuyo consumo son muy favorables para la salud y nutrición humana. El grano es apreciado debido a sus propiedades nutricionales, agronómicas e industriales, lo que lo convierte en uno de los mejores alimentos de origen vegetal, y es una alternativa real frente a la necesidad de mejorar la alimentación de nuestros niños mexicanos. Recuerde que el campo mexicano nos proporciona productos sanos, económicos y de excelente calidad. Nosotros también podemos aprovechar la globalización y culturizar al mundo con comida mexicana y sana.

Publicación Semanario El Agropecuario, L.A.N.I. Marisol Juárez Rueda. Junio 2010. Xalapa, Veracruz, México.

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